¡Bienvenid@s...

Sea este medio un servicio para facilitar la comunión con Dios y con los(as) hermanos(as) en Cristo  🙏 ...

26 may 2018

Estudiando a Kant


El paso de la “Escuela Apostólica” del padre Pavia al seminario de Alba (cf. Lugares de Gracia) de parte del joven Francisco en octubre de 1886, no convencía a su padre Lorenzo de su elección por el sacerdocio. Fue gracias a su determinación y a la convicción que transmitió a su madre, a una tía paterna y al padre Mosca (párroco), como don Lorenzo con el pasar del tiempo será un punto de referencia en los momentos de dificultad de su futuro hijo sacerdote.

En estos años que vive en el seminario de Alba, se desarrollan todas sus cualidades ya germinadas en el instituto turinense; -sobre este aspecto se recomienda tener presente un suceso narrado en la biografía del venerable Chiesa por el sacerdote paulino Luis Rolfo, “Il buon soldato di Cristo. Servo di Dio Canonico Francesco Chiesa”, de Ediciones Paulinas (1978 – p. 39)- donde se particulariza su grande y esperanzadora voluntad.


Seminario episcopal de Alba, en el cuál Francisco residió desde el otoño de 1886 hasta septiembre de 1913
No obstante, para algunos de sus compañeros, él aparecía como un “estudioso”, debido a que –a diferencia del resto- prefería el estudio y la disciplina a la recreación y las distracciones. Pero dicha acción se justificaba en su intento por dedicarse al máximo en todas las materias y así tener “un carácter emprendedor, adaptable y no determinado a una sola cosa”. Se puede decir que con este carácter fue estimado entre los profesores pero a la vez, estigmatizado por los otros estudiantes.

Entre las materias estudiadas él tenía una particular predilección por la filosofía, tanto de ser rebautizado como Kant por algunos compañeros. Amaba participar en las lecciones y discutir los argumentos de estas en los ratos libres, cuando sus coetáneos se interesaban más por jugar al balón, que no obstante él no despreciaba.

Mons. B. Dallorto (izq), amigo del Cán.
 Chiesa y Mons. L. Grassi (futuro obis-
 de Alba) en 1950.
Fuente: giovanniferrero.it
Del segundo año de filosofía sobresale un episodio que recuenta el fallecido Mons. Bartolomeo Dallorto (párroco de Monforte, lugar donde le han eregido un monumento y conservan sus restos; recordado como párroco completo e amable):
“Era la primavera de 1891. Cursaba el último año de teología y el clérigo Chiesa el último de filosofía, pero éramos estudiantes del mismo profesor, el teólogo Bernocco que enseñaba en aquellos años ambas materias. Era el primer año de episcopado de Mons. Francisco Re (1848 -1933), y como se realizaban los primeros exámenes de estas materias, no dudó de asistir ya que gozaba de merecida fama como insigne filósofo. Y junto al nuevo obispo todos los profesores del Seminario y los clérigos. El estudiante que fuera evaluado debía desarrollar una tesis como una lección y disponerse a las objeciones sin importar la persona. Vengo seleccionado por teología y por filosofía el clérigo Chiesa. Ninguno de los presentes pudo olvidar la figura casi radiante del joven filósofo, su tranquilidad, seguridad y claridad. Unos diez elogios era lo menos que le correspondía. Pero sucede que, los examinadores temiendo de desvalorarme dando elogios a él y no a mí, decidieron de darlos a ambos.

Otros de los gustos del estudiante Francisco fueron Dante y la Divina Comedia. De hecho, no fue un aprecio como un fuego fatuo sino como una llama que permaneció ardiendo; y se constata algunos años después, cuando en 1921, centenario de la muerte del Sumo Poeta, la ciudad de Alba retuvo que ninguno mejor que el canónico Chiesa podía tratar el argumento en una serie de conferencias, realizadas en el salón principal del ayuntamiento.


Bibliografía

-Chiesa, F. (2006). Francesco Chiesa: Un uomo, un prete. Alba: San Pablo.

-Mons. Vigolungo, A. (1961). “Nova et vetera”. Can. Francesco Chiesa. Alba: Ediciones   Paulinas. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias por su comentario. ¡Éxitos y bendiciones!

Comentarios