Según el biógrafo Luis Rolfo, el venerable Francisco
Chiesa escribió, incluidos innumerables artículos para diversos medios
escritos, más de cien libros sobre varios temas, que si recogieran darían un
volumen de veinte mil páginas.
Él puede realmente ser considerado a pleno título un
“apóstol escritor” che ha sabido explicar de manera simple y clara, pero nunca
banal, los grandes cambios que vivió en la sociedad. Supo dirigirse a todos, en
italiano y en latín: a sacerdotes y seminaristas, a eruditos y estudiantes, a
familias y personas con poca cultura de la época, llegando siempre a comunicar
de modo lineal y directo. Su grande capacidad fue la de saberse dirigir a
diversos lectores sin disgustar a ninguno.
Lo curioso retomando el tema de la cantidad de
escritos, es que también él perdió la cuenta de todas las publicaciones, por el
hecho que aún se descubren en las diversas sedes, escritos y publicaciones que
se creían perdidas.
Algunos de los muchos escritos del Cán. Chiesa. |
Teniendo con el beato Alberione (*próximamente
estudiado) una amistad considerable, nacieron decenas de libros y más
importante, compartían un gran sueño, que de tiempos inmemorables ha estimulado
e inquietado las mentes más ilustres de cada época: la unificación de todas las ciencias. Como propuestas para abordar
esta densa iniciativa se tienen los escritos escolásticos de teología y
filosofía: Lectiones Theologiae
dogmaticae, recentiori mentalitati et necessitati accommodatae en 4 tomos y
Lectiones philosophiae in usum scholarum en
3 tomos.
Estas obras llegaron a ser juzgadas negativamente,
pero algunos críticos de cierto nivel las consideraron innovativas y de gran
interés.
El padre Chiesa fue hasta su muerte, “escritor por
obediencia” o mejor dicho por amistad. Obediencia a Dios en primer lugar:
estaba convencido que los escritos impresos era un óptimo medio para difundir
la Buena Nueva de Cristo; y amistad hacia Santiago Alberione y la Sociedad de
San Pablo.
Si surgía la necesidad de escribir un libro sobre una
temática de actualidad o sobre un argumento particularmente dispendioso, el
venerable, con su enorme bagaje cultural, era la persona adapta para hacerlo. El
padre Alberione comunicaba el tema, y el padre Chiesa, entre muchos empeños…
realizaba puntualmente la obra.
Como atestigua el ya indicado padre Rolfo: «No sólo como enseñante,
también como escritor, el [venerable] ayudó al p. Alberione como no pudo hacer
ningún otro, y lo hizo con un desinterés que, muy probablemente, no será jamás
imitado… Hizo imprimir a la tipografía paulina decenas de libros por los cuales
no recibió nunca otra recompensa que pocas copias para distribuir a sus
amistades. El único deseo de expresaba era que sus libros pudieran ser
difundidos y “no permanecieran en almacén”» (p. 121).
Bibliografía
-Chiesa,
F. (2006). Francesco Chiesa: Un uomo, un
prete. Alba: San Pablo.
-Rolfo, L. (1978). “Il buon soldato di Cristo”. Servo di Dio, Canonico Francesco Chiesa. Alba: Ediciones Paulinas.
-Mons.
Vigolungo, A. (1961). “Nova et vetera”.
Can. Francesco Chiesa. Alba: Ediciones Paulinas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por su comentario. ¡Éxitos y bendiciones!